La Juventud ¿el futuro o el ahora?
Los jóvenes, somos la continuación del resultado consecutivo de la formación de una sociedad anterior que no siempre intenta adaptarse a una nueva generación. Ahí parte nuestra realidad, ¿fuimos diferentes o nos sentimos identificados con algunos?, ¿hicimos lo que otros ya hicieron o vimos una alternativa que no se presenta en libros ni en experiencias ajenas?, ¿superamos obstáculos?, ¿estamos haciendo bien las cosas?, ¿Qué hicimos con aquello que encontramos? ¿Sacamos provecho del estado en que se encontraba la sociedad? ¿Analizamos cada sector a detalle?. Aparecen estas interrogantes, y muchas de ellas, aún sin respuesta, lo claro es que, como jóvenes, nos gusta buscar nuevos desafíos y enfrentarnos a retos extraordinarios, convertir problemas en oportunidades, con tanto entusiasmo que los obstáculos más difíciles son afrontados con disciplina, determinación absoluta y una sonrisa. En estos tiempos es una tarea bastante difícil, implica luchar con todas las situaciones que se nos presentan, aquellas que aniquilan la mente, pero nos gusta sentir que estamos haciendo algo por mejorar (por lo menos un poco) al país, que no nos quedamos dormidos ante los problemas, nos INVOLUCRAMOS, y que en algún momento, ese esfuerzo, dará sus frutos y todo habrá valido la pena. Nuestras acciones, son el resultado de tantas charlas que nos enseñaron, personas que nos inspiraron, libros leídos y todo lo que nos rodea, llevamos un pedacito de cada uno de ellos, y muchas veces, es ese el motor que nos empuja a seguir trabajando por un mundo mejor.
Tenemos por delante enormes desafíos: ser conductores de un proceso de desarrollo económico y social que permita, a la vez, reducir la pobreza y los índices de desigualdad socioeconómica, promover un crecimiento económico basado en fundamentos sustentables a largo plazo y competitivos en el contexto mundial, y mejorar la calidad de vida en el país. Sin duda, se trata de un gran involucramiento juvenil y que ha sido esquivo para las generaciones anteriores. Nuestra generación cuenta con ventajas para hacerlo realidad, en muchos casos, por cuestiones de avances, la calidad educativa actual arroja mejores resultados que la que recibieron nuestros padres, estamos familiarizados con las nuevas tecnologías de producción, comunicación, manejo y procesamiento de información, hemos experimentado el ritmo incesante del cambio, lo que nos hace capaces de enfrentar las transformaciones futuras con mayor flexibilidad y rapidez.
Normalmente escuchamos que somos el futuro del país, pero también, somos el presente, el ahora, estamos involucrados en el desarrollo económico, político y social del país, y somos uno de los principales agentes de cambio y progreso en la sociedad. Somos el motor impulsor de las sociedades, una enorme responsabilidad.
Hoy, Paraguay tiene líderes fantásticos esparcidos por todo el país, solo tenemos que encontrarnos. para el liderazgo no hay edad, porque lo más importante son las ganas de hacer algo por tu sociedad. Cada uno, tiene un poder interior, es cuestión de animarse y buscar a las personas correctas, no tener miedo de equivocarnos ni de salir de nuestra zona de confort.
No pretendamos algo bastante extenso, cambiemos el mundo de una sola persona, un día a la vez, y vamos a estar cambiando el mundo sin darnos cuenta. Nuestro país nos necesita AHORA, no mañana, y las batallas se ganan haciéndolas y yendo al campo de batalla.
Tenemos un gran poder y una gran responsabilidad, la clave es escribir la historia de nuestros sueños con pies y manos, energía y por sobre todo, muchas ganas de actuar, y vos, ya te preguntaste qué puedes hacer para mejorar el país o tu comunidad, ¿lo estás haciendo?