El valor o la retórica de ser joven
“Ser joven es para mí, el sinónimo de oportunidad. Una antítesis a la verdadera realidad. Una antítesis a una era todavía donde se encuentra la más alta tasa de desempleo joven, una era que se encuentra marcada por la utopía de poder llevar la vida académica y laboral en equilibrio, sin quedarse tambaleante en salud mental por ello, una era marcada por la falta de inclusión, por la falta de respeto para con la diversidad”
YINELSIE HAUSSMAN
La juventud, es una etapa increíble de la vida que de la cual hay que sacar el máximo provecho y la mayor felicidad posible.
Pero sin embargo, lastimosamente dentro de la actualidad social que nos toca, es esta etapa de la vida la que se ve marcada por consecuencia por la falta de oportunidades, se por la tristeza, decepción, depresión, angustia, incertidumbre.
Es una etapa complicada pero al mismo tiempo, es la etapa más enérgica de la vida, ya que la fuerza de voluntad y el entusiasmo; es también cuando alcanzan los más altos niveles.
Y todo lo anterior de nada sirve si no se encausa de manera que nos sirva para crecer de manera integral y nos permita ser felices, sin hacernos daño ni hacerle daño a nadie más, pero también, aprendiendo cada día a dar pasos que no sólo ayuden a crecer a uno mismo.
Sino, el ser joven acarrea una responsabilidad enorme, por la idea misma de que somos los artífices de un futuro inmediato, una realidad consecuente y somos los partícipes directos de la lucha por la mejoría de una sociedad sosegada y de antaño que sigue careciendo de valores como la inclusión y el respeto; donde la responsabilidad de intentar desapegar el pensamiento vintage que determina el desenvolvimiento de los jóvenes en entornos laborales, académicos, por el simple hecho de estar dando los primeros pasos dentro de una participación activa en la sociedad, debe ser la idea central de nuestro actuar.
Es una tarea difícil y hermosa la de ser joven.
Es una tarea donde la lucha contra los tabúes provenientes de una generación anterior marcada por la opresión.
Es una tarea complicada, tener sobre los hombros el peso del futuro.
Pero no obstante, es una inefable oportunidad de poder ser la primera de las muchas generaciones modernas que lograron una mejoría notable dentro de todos los parámetros no solo sociales, sino en compromiso con las problemáticas ambientales.
Ser joven es para mí, el sinónimo de oportunidad. Una antítesis a la verdadera realidad.
Una antítesis a una era todavía donde se encuentra la más alta tasa de desempleo joven, una era que se encuentra marcada por la utopía de poder llevar la vida académica y laboral en equilibrio, sin quedarse tambaleante en salud mental por ello, una era marcada por la falta de inclusión, por la falta de respeto para con la diversidad.
Pero no nos dejemos llevar por el concepto actual o la realidad en la que estamos inmersos. Mucho más allá de ello, somos autores, o podemos ser autores de escribir nuevas páginas dentro del medio en el que nos toca vivir, desenvolvernos y existir.
Hablemos de esa oportunidad de ser directamente partícipes y protagonistas del principio del cambio.
El cambio necesario.
El cambio oportuno.
El cambio posible.
El cambio de ser parte del cambio.
Ser joven es oportunidad.
Y la oportunidad de hacer el cambio está en cada uno, desde lo intrínseco hasta las expresiones externas dentro de nuestro desenvolvimiento.
Ya depende de cada uno, aportar, o apartar.